01 mayo 2006

¡¡¡INDIGNANTE!!!



Hace pocas fechas nos hacíamos eco de unos desperfectos que se habían producido en el Camino de Santiago en Salas, más arriba de Ondinas, ocasionados por los medios de transporte utilizados en la evacuación de troncos de madera tras la tala de árboles realizada entre dicho camino y el río Nonaya.
Tal como señalábamos entonces, haríamos una comprobación visual sobre el terreno para verificar si, al cabo de un tiempo prudencial, se había procedido a dejar el camino en la situación anterior a la de la saca de la madera. Esa comprobación la hemos llevado a cabo durante estos días y podemos señalar que, aunque nos parece que se ha llavado a cabo un ligero relleno con piedras en las zonas más dañadas por la rodadura de los vehículos, aún dista bastante de haberse rehabilitado la parte del camino afectado tal como estaba anteriormente.
Pero, si nuestra intención era exclusivamente la de observar la situación del camino tras dichos desperfectos, nos hemos llevado una desagradabilísima sorpresa, y ésto es lo indignante a que nos referimos en el título de la noticia, al encontrarnos que en la zona de bosque talado hay un lugar donde algún desaprensivo, desastroso y mal ciudadano había llenado de neumáticos usados una parte importante del terreno talado entre el camino y el río Nonaya, hasta el punto de que, tal como se puede comprobar en las fotografías, muchas de ellas están tiradas al lado mismo del cauce del río, siendo, además, la mayor parte grandes ruedas, posiblemente de camiones o tractores.
No sabemos desde cuando pueden estar allí estos neumáticos; es posible que al talar los árboles hayan quedado al descubierto, estando anteriormente tapados por los mismos y la maleza.
Es realmente indignante, más aún cuando nos hemos encontrado por la misma zona basuras tiradas al lado mismo del camino.
Por nuestra parte pondremos en conocimiento de las autoridades competentes esta situación, deseando se localice pronto al o a los desalmados que han cometido este atentado contra la limpieza, el paisaje y la naturaleza para que sean sancionados adecuadamente. Un país que pretende ser cívico y desarrollado no puede permitir la acción incontrolada y de desprecio por parte de esta especie de terroristas ecológicos.