12 febrero 2006

LOS VAQUEIROS DE ALZADA. UNA VISIÓN DESDE FUERA


En nuestra sección COLABORACIONES publicamos un interesantísimo artículo de nuestro socio Francisco Muñoz de Escalona, doctor en Economía e investigador jubilado del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). En él nos muestra su visión "desde fuera" (aunque sin excluir una "desde dentro"), del tema tratado por el antropólogo Adolfo García en su conferencia "Los vaqueiros de alzada, un modelo de lucha por la propia identidad", que tuvo lugar en Salas en Marzo de 2003, promovida y organizada por Amisalas.
Es un artículo extenso e intenso y en él relaciona aspectos culturales y sociales de los vaqueiros de alzada con otras formas de vivencia similares, además de dar su opinión a diversas suposiciones y creencias sobre el mundo de este colectivo, hasta cierto punto tan exclusivo de nuestro cuerpo social, de nuestro concejo y de algún otro vecino.
A continuación incluimos un párrafo extraído del citado artículo:
"...los vaqueiros surgen en Asturias a fines del siglo XV. Eran siervos de los señores y de la iglesia que se ocupaban de los rebaños de ganado explotados en régimen extensivo y trashumante, muchos de los cuales consiguieron comprar su libertad personal primero y las tierras de pastos después. Es decir, que los vaqueiros eran ya lo que hoy llamamos trabajadores autónomos porque dejaron de ser criados y pasaron a ser señores de sí mismos".

EXCESOS DE VELOCIDAD EN SALAS, ZORRINA Y VILLAZÓN





Los salenses que hacemos frecuentes viajes desde Salas a Oviedo comprobamos que siempre que pasamos por la entrada de Salas, en La Recta, en Zorrinao por Villazón muchos automovilistas hacen caso omiso de los límites de velocidad establecidos en esos dos lugares y, de manera tremendamente irresponsable, superan con creces los máximos de 70 ó 50 kilómetros por hora, según el tramo.
Son tramos especialmente peligrosos donde ya han ocurrido accidentes de tráfico con consecuencias fatales; varias personas han perdido sus vidas en estos accidentes y nos parece increible que aún haya quienes, porque les da la gana, no respetan lo que las autoridades de Tráfico han estimado aconsejable, en términos de velocidades máximas, para evitar más desastres como los ocurridos en esta carretera.
Hacemos un llamamiento desde aquí a todos aquellos que circulen por los sitios aludidos para que nuncan tengan que lamentarse, y pagar las conscuencias tanto sus víctimas como ellos mismos, de su imprudencia y falta de respeto hacia los demás: ¡por favos, aténganse a los límites de velocidad establecidos!,¡no están puestos por capricho de nadie! Y mediten: ¿cuántos segundos ganan por ir a 80, 90 ó 100 kilómetros por hora en lugar de ir a 50 o 70?, ¿diez segundos pueden ser? Pues si por ganar 10 segundos ponemos en peligro las vidas de los demás en poco estimamos tales vidas.
Asimismo, apelamos a las autoridades que han de velar por el cumplimiento de estas normas para que cumplan con su obligación, es decir, la de persuadir con la sanción pertinente a quienes no cumplan con las mismas. No vale decir que no se puede poner un policia o un guardia civil por cada conductor: unas cuantas, sólo las suficientes, sanciones ejemplares tienen un efecto más que disuasorio sobre la mayoría de los conductores que por allí circulen que sabrán, muy pronto, cuál puede ser el resultado de su falta de responsabilidad.